Redactando el mundo de la Dirección de Comunicación
La reputación es la herramienta clave para gestionar la confianza.
Las bases de la construcción de la confianza están en adquirir compromisos sobre los temas y asuntos que son relevantes para los ciudadanos (como respuesta a lo que esperan de la organización los grupos de interés) y cumplirlos. Es un requisito fundamental que todo lo que se comunique en una organización, después se cumpla y se pueda hacer realidad. Esto es aplicable a una persona, un profesional, una empresa, institución o país., según Bordieu.
La marca corporativa es la plataforma de acción que sirve para expresar y comunicar esos compromisos o promesas de marca que después la organización deberá cumplir. Es como el balance que una empresa consigue establecer entre las percepciones que comunica, es decir, las expectativas que crea, y las realidades o experiencias que entrega a todos sus grupos de interés; tanto internos como externos.
Una marca es fuerte, creíble, generadora de confianza y de buena reputación, en la medida en que no existe disonancia entre las percepciones o expectativas y las experiencias o realidades En definitiva, cuando la marca “dice lo que hace y hace lo que dice”.
Así pues, la reputación es el resultado de este proceso a lo largo del tiempo que conduce a ganar y mantener la confianza de los grupos de interés. La reputación corporativa es el conjunto de evaluaciones colectivas suscitadas por la corporación en el stakeholder que motivan conductas capaces de generar valor. La reputación es la herramienta de gestión para fortalecer la confianza.
Es un sentimiento positivo hacia una persona o institución que integra tres vectores: admiración, buena estima y confianza, por eso está en la base de la confianza. Es el detonante de las actitudes y comportamientos favorables hacia una empresa. La clave para construir una empresa que tenga una buena reputación es hacerlo lo que has dicho que ibas a hacer, hacerlo bien y comunicarlo.
Por todo esto, también diremos que la reputación está vinculada a la generación de negocio y a la creación de valor. La buena reputación impacta en las actitudes y comportamientos favorables de los grupos de interés que son clave para la supervivencia y el crecimiento de una empresa. La buena reputación incrementa la atracción de los consumidores, del capital, del talento, facilita la internacionalización de las empresas y permite alinear los intereses y voluntades de toda la organización para conseguir los objetivos de negocio.
Las empresas con mejor reputación hacen que el 72’3% de sus clientes recomienden sus productos y servicios a sus amigos y familiares. La reputación protege el valor de las empresas. Desde el punto de vista del riesgo reputacional, sabemos que las empresas más reputadas apenas tienen detractores, menos de un 3%. Por todo esto, decimos que la reputación y la confianza tienen valor en los mercados.